domingo, 24 de enero de 2016

Bunbury: 'El ego es una carga'


  • Ni siquiera un año ha podido controlar Enrique Bunbury el mono de su adición incurable. Apenas 365 días que separan un adiós «indefinido» de su enésima reaparición en los ruedos. Del inicio de una etapa «fuera de los focos» al anuncio, ahora, de su vuelta a los escenarios con motivo del lanzamiento del MTV Unplugged, El libro de las mutaciones, (Warner Music) grabado en los estudios Churubusco de México, con el que regresa una vez más a la primera escena musical.
  • Un retorno que, sin embargo, no parecía tener claro hace escasos días en su entrevista con EL MUNDO. «Hablo con compañeros y me dicen que enseguida les pica el gusanillo de los conciertos. Yo podría vivir muy feliz sin tener que hacerlos», decía, aunque rápidamente dejaba una ventana abierta, una vía de escape por la que ahora huye para abrazar fuerte su -en el fondo- imperiosa necesidad de actuar: «Una vez me ponga en faena seguro que los disfruto porque no es en absoluto un sacrificio».
  • Ese momento ha llegado ya con Mutaciones, la gira con la que recorrerá América y España en 2016, y cuyo nombre define a la perfección la condición camaleómica que ha acompañado siempre la carrera de todo un héroe de leyenda. La tournéeromperá en parte un periodo «reflexivo» que el propio Bunbury decidió emprender en el pasado. «Me gustaría que este tiempo se estirara. Porque dedicarme a la contemplación es mi verdadera vocación. Y me encantaría aprender algunas cosas nuevas que tengo pendientes: el trapecio, sacarme el título de piloto, aprender un nuevo idioma... y viajar más», aficiones, éstas, que tendrán ahora que esperar.
  • La criba de El libro de las mutaciones ha dejado fuera temas históricos como Lady Blue, Apuesta por el Rock and Roll, Infinito, El extranjero... «Ese periodo ya esta ampliamente documentado y tenía que dejar espacio para el material más reciente. Tuve claro que no iba a ser un 'grandes éxitos', tenía que buscar un hilo conductor. Por eso acabé con un listado desigual». Un registro que incluye cinco temas de la época con Héroes del Silencio, pero ninguna de Senderos de traición(1990), por ejemplo. O cuatro de las sesiones de Hellvile de Luxe (2008) y ninguna de Pequeño (1999), Flamingos (2002) o El viaje a ninguna parte (2004). Y que cuenta con la colaboración de Vetusta Morla, León Larregui, Draco Rosa, Carla Morrison y Pepe Aguilar, entre otros.
  • - ¿Un MTV Unplugged es otro deseo cumplido?
  • - No sueño con logros y objetivos. Mis obsesiones están en los trazos, ambientes, versos o sucesiones de acordes. No dejo por ello de apreciar las cosas buenas que me ocurren en la vida. Y sería de malnacido no agradecer este momento dulce que estoy viviendo.
  • Una coyuntura, la suya, que se sustenta en esa paz interior actual de la que presume, alejado de ambiciones comerciales. ¿Qué le colma entonces a estas alturas?
  • - Me sigue llenando la persecución de una canción. Vivir con ella durante un tiempo. Escribir una nueva estrofa, o rehacer el cambio hacia el estribillo. Pensar en arreglos, en cómo producirla y soñar con interpretarla en vivo delante de un público...
  • - ¿Y no teme por perder algún día la ilusión?
  • - Pierdo la ilusión por algunas facetas de la profesión. En algún momento me he cansado de producir mis álbumes y he tenido que llamar a alguien para ayudarme: en Hellville de luxe, por ejemplo, llamé a Phil Manzanera. También me he cansado de las giras y he parado, como en el 2004 y 2014.
  • Momentos de debilidad, confesiones sinceras, con las que Bunbury desnuda en parte su interior. Un interior mucho menos arrogante, dice, de lo que puede proyectar su imagen. «La gente exagera mucho. Supongo que no me conocen lo suficiente. Soy un tipo reservado y no abro la puerta fácilmente, lo reconozco», dice lejos del ego encasillado: «El ego es una carga que, poco a poco y a lo largo de los años, debemos ir limando y limitando hasta disolvernos en el éter».
  • 'Yo no tengo enemigos'
  • - ¿Siente que tiene enemigos a su alrededor?
  • No tengo enemigos. O por lo menos yo no considero a nadie mi enemigo. Dentro de esta profesión sólo siento admiración por todos mis compañeros, desde David Bisbal a Pablo und Destruktion. Y, personalmente, aún menos. Con la gente que no me cae especialmente bien, no me relaciono y ya.
  • Fuera de España desde hace años, Bunbury no rehuye de opinar de lo que sucede en la piel de toro a nivel social. En una de sus últimas visitas dijo que Podemos era «una buena noticia», aludiendo a que el pueblo había «despertado». ¿Sigue pensando así? «Cualquier cambio es una buena noticia. ¿O alguien está contento con la alternancia bipartidista y el trabajo realizado por PP y PSOE?», dice, y echa el freno de mano. «No soy político, soy un músico. No sé de las ruindades de los políticos porque no leo la prensa, ejerciendo mi libertad para no contaminar mi mente con vilezas y codicia».
  • 'El 20-D votaré si me dejan'
  • - ¿Votará el 20-D?
  • - Votaré si me dejan. Los que vivimos en el extranjero sufrimos el voto rogado/voto robado. Así nos pasó a muchos en las municipales. ¡Tantos impedimentos! ¿Será por algo?
  • Y su indignación no disminuye con el tratamiento a la Cultura. «Yo creo que casi todos o todos los que hacemos o disfrutamos del teatro, del cine, de la música, de la pintura, de la literatura... estamos enfadados y en desacuerdo con la política cultural del Gobierno. ¡A esto le llamo yo atender a los intereses de los ciudadanos!
  • Y para terminar, cómo no, Héroes del Silencio... Se cumplen los 25 años deSenderos de traición y el aragonés no ha participado en la reedición del disco.Pedro Andreu, el batería, deja ahora abierta una nueva vuelta del grupo porque «cree en los milagros». ¿Es creyente Bunbury también? «Tengo que tener cuidado con cómo responder a este tipo de preguntas. Digas lo que digas sólo alimentas falsas esperanzas entre los fans y desvías el foco del motivo real de esta entrevista».
  • Inmortalizado por su mujer
  • Casi de forma simultánea al lanzamiento del nuevo disco, un libro fotográfico descubre el lado nunca visto del artista. 'Bunbury, en plano secuencia' (Planeta) no es un trabajo cualquiera ya que en sus páginas se inmortaliza la última gira, 'Palosanto tour', a través del objetivo de la cámara de su mujer, Jose Girl. «Es una obra magnífica, una rara avis dentro de los libros de fotografía de Rock», dice el propio Bunbury. La autora descubre los detalles del trabajo que cuenta con textos de Silvia Grijalba. «Se muestra un 'tour' desde dentro. Hay fotografías de los viajes, hoteles, de camerinos y de momentos que no están al alcance de los seguidores». Y destaca la «intensidad» como la cualidad más importante que su compañero de viaje le aporta a su cámara. Al margen del libro, un reciente documental 'El camino más largo', en el que Alexis Morante, consiguió convencer a Bunbury para abrir al público su vida privada, haciendo un retrato íntimo de una gira dura, difícil y poco habitual por Estados Unidos y en la que el artista recorrió miles de kilómetros en autobús junto a su mujer, su gato banda Los Santos Inocentes. «Soy muy pudoroso y discreto. Me lo pensé mil veces antes de dar el visto bueno al montaje final. Alexis es amigo y lo consiguió», confiesa.

lunes, 16 de enero de 2012

Enrique Bunbury - Licenciado Cantinas (EMI, 2011)



Enrique Bunbury - Licenciado Cantinas (EMI, 2011)
16 de enero de 2012  11:39  actualizado a las 11:51


Bunbury y su repaso por la música latinoamericana: Liceciado Cantinas
16 de enero de 2012Foto: EMI
ARTURO PUESCAS
“Las penas se ahogan en licor” es una frase ambulante que existe desde que el mundo es mundo. Enrique Bunbury se sube a un pedestal junto a su banda (Los Santos Inocentes) y transita (otra vez) por el sendero sinuoso de las canciones borrachosas. ”Licenciado Cantinas” más que un proyecto es una necesidad, una impresión en alto relieve de una de las grandes voces del rock en nuestro idioma. Es, además, un desfile de joyas latinoamericanas que por fin han sido rescatadas.

A continuación, un bolerazo dice presente en la versión del clásico “Mi sueño prohibido”. La facilidad con la que Bunbury adapta cada canción a su mundo es algo destacable. Es notable, asimismo, el trabajo hecho en “Ódiame”; esa joya de la música peruana conserva el clima inconsolable gracias a un poderoso órgano Hammond y algunos acordeones. “El día de mi suerte”, de Willie Colón y Héctor Lavoe, le debe tanto a los Fabulosos Cadillacs que emociona. El vértigo de un cover para una de las grandes canciones de la salsa dura.Desde el arranque con “El mar, el cielo y tú”, de Agustín Lara, una pista instrumental que te hunde en la atmosfera vacilante del álbum, te involucras en esta sucesión de tributos envasados en rancheras, boleros, milongas, valses, sones y rocanroles. La voz del aragonés aparece filosa y guapeando junto a una cortina de acordeones, a cargo del legendario “Flaco” Jiménez en “Llevame”, de Louie Ortega, pieza donde el ritmo y la pausa mantienen un ‘groove’ que explota en una jam session jazzera.
“Chacarera de un triste” se transforma en un rock and roll caribeño -si acaso puede existir tal cosa-, una traducción brillante de un auténtico lamento arañado con guitarras y sintetizadores. Atahualpa Yupanqui es venerado en los 5.30 minutos de “El cielo está dentro de mí”, probablemente la mejor versión del “Licenciado Cantinas”; un blues solemne y profundo que se sostiene gracias a los impresionantes versos del compositor argentino.
En este trabajo concebido como una obra cinematográfica (Bunbury presentará un cortometraje con estos temas como banda sonora) encuentras una canción para cada pena, los desamores, las traiciones y los sueños rotos. El camino que viene labrando Enrique Bunbury desde su aventura en solitario sigue manteniendo la dignidad y consigue mirar por encima del hombro a algunos de sus colegas. Aplausos para esta placa que corona al español como el nuevo Rey de las Cantinas.

El Sexto Bunburazo En El Foro El Plaza Condesa



El sábado por la noche se llevó a cabo el sexto Bunburazo por primera vez, un encuentro en el que 600 personas seguidoras del español se dieron cita en el Foro El Plaza Condesa para rendir tributo al ex integrante de los Héroes del Silencio, quien transita por una faringitis aguda en su lugar de nacimiento.

“Es maravilloso estar en México celebrando a uno de los exponentes de la música como lo es Enrique Bunbury, quien en estos momentos se encuentra un poco enfermo allá en España”, señaló Santi Rex, vocalista de Niños del Brasil, grupo en el que Bunbury ocupó un sitio como guitarrista en los años 80.

Una noche llena de emociones que comenzó con este grupo re rock gótico tecno, con temas como “Sed de venganza” y “El mundo de la imperfección”.

Mientras algunos disfrutaban del evento, a otros que habían sido llevados a la fuerza les tomó de sorpresa la voz “parecida a la de Moenia”, se dejó escuchar como comentario sobre estos españoles, quienes comenzaron con el show a las 20:40 horas. Los miembros de la agrupación comentaron que tenían muchas ganas de realizar este evento y convivir con gente que de cierta manera ha tenido una interacción con su antiguo compañero.

Tras un descanso de casi 20 minutos llegaron los mexicanos que realizan un tributo al artista aragonés, El Silencio de los Héroes. Prontamente, con “Club de los imposibles” puso a bailar a todos al ver al vocalista de la agrupación quien, vestido al mismo estilo de Bunbury, imitó movimientos y voz del cantante. “Quien pudo ser quiero que seas tú. Dímelo…” gritaban los aficionados; muchos comentaron que se encontraban ansiosos de poder ver al artista, quien se presentará este año en el Vive Latino.

Aunque en ciertos momentos la gente se encontraba dispersa, se escuchaban fuerte los coros de las letras que han dejado huella en los mexicanos.

“La chispa adecuada”, “Entre dos tierras” y “Héroe de leyenda”, se han hecho parte indispensable de cualquier repertorio musical. Lo mismo sucede con “Aunque no sea conmigo” y “Frente a Frente”, entre otras.




Nayeli Durand | El Universal

"Licenciado Cantinas The Movie" Estreno internacional


LICENCIADO CANTINAS the movie PROYECCIONES POR TERRITORIO



España
Barcelona Forum de FNAC
Barcelona Triangle 20 de enero 2012 17:00 (hora local)

Madrid
Plaza de Callao Pantallas Gigantes
20 de enero 2012 19:00 y 20:00 (hora local)

Zaragoza
Pabellón Principe Felipe
20 de enero 2012
19.00 h apertura de puertas (hora local)
19.30 h estreno mediometraje (hora local)
21.00 h concierto (hora local)

Ecuador
Cuenca Patio de Comidas del Mall del Rio
20 de enero 2012 19:00 (hora local)

Estados Unidos
New York Arka Lounge 4488 Broadway & 192nd st., New York, NY 10040
20 de enero 2012 20:00 (hora local)

México Transmisión por Telehit
20 de enero 2012 19:00 (hora local)

Guatemala
Ciudad de Guatemala El Gran Hotel 8av. 9-12 Zona 1
20 de enero 2012 20:00 (hora local)

Honduras Tegucigalpa Baretto Lounge Mall Novacentro 3er nivel
20 de enero 2012 20:00 (hora local) 

BUNBURY EN UN CAFÉ

Esta entrevista se publicó originalmente en la revista LENGUA (No. 4, agosto del 2000)
 Por ÍTALO HERNÁNDEZ

 Un tipo raro que canta lo que quiere 

 ¿Es cierto que es muy mamón?,

 me preguntó un amigo cuando se enteró que iba a entrevistar a Enrique Bunbury, el exvocalista de los Héroes del Silencio, quizás la banda española más exitosa en México en la década de los noventa.

 Algo similar me dijo el dueño del café donde se iba a realizar el encuentro:

 ¿crees que acepte tomarse una foto para la galería?

 La verdad es que Enrique Bunbury (Zaragoza, España, 1967) se creó de él una imagen y es muy probable que él mismo haya trabajado mucho para mantenerla y difundirla.

 La pose de rockstar, de tipo arrogante e inaccesible, un divo redentor de la primicia sexo, drogas y rock and roll, que tal vez destruye habitaciones de hoteles y golpea a periodistas, asumida en su etapa como vocalista de los Héroes del Silencio, será muy difícil olvidar ahora que se presenta como solitario.

 Sin embargo, Enrique Bunbury asegura que ese chaval ha quedado atrás. "Quizás era por la edad, por ser demasiado crío y por jugar un papel que ahora me parece ridículo, que era el del rockstar, algo parecido a lo que es Oasis", se justifica.

 La leyenda dice que en realidad Enrique Bunbury no se llama así, sino Enrique Ortiz de Landázuri. El español tomó el nombre del personaje inexistente creado por Oscar Wilde en su obra La importancia de llamarse Ernesto, para que Archibaldo Moncrieff, sobrino de Lady Bracknell, saliera al campo a divertirse cuantas veces quisiera argumentando que visitaba al amigo enfermo de nombre estrafalario.

 Lo mismo hizo Enrique Ortiz de Landázuri: inventó a Enrique Bunbury para justificar así sus constantes parrandas y excesos, pero principalmente su pasión por la música. Se dice que compuso "Maldito duende" a los 14 años de edad. De pequeños ojos verdes y figura delgada y espigada, melena tipo Jim Morrison, lo primero que llama la atención de Enrique Bunbury (cuatro años después del fin de HDS), aparte de que viste con la seriedad de quien va a un funeral, es la accesibilidad y la madurez que presenta el artista como persona. –

¿Cómo van las elecciones aquí en México?,


pregunta con profundo interés previo a la entrevista pactada con su casa disquera para promover Pequeño, su más reciente álbum, un cóctel –que raya en la genialidad– de tangos, rancheras, flamencos, orquestas, trompetas, trombones, violines, melodías mediterráneas y flechazos cabareteros a la Tom Waits y Kurt Weill. "Es un disco con un afán populista", explica Bunbury, mientras bebe café negro de máquina.

 "Hay una búsqueda de la música tradicional como la recuerdo yo, cantada por mi madre y por mi abuela en la cocina, pero también creo que no es un disco de música tradicional, sino un disco de un músico de rock mirando hacia unas raíces que en el fondo son las suyas".

 Si en Radical sonora, primera producción de Bunbury como solista, el zaragozeño buscó hacer un disco que lo desligara completamente de lo hecho con Héroes del Silencio, un tecno-rock en vez del rock duro tradicional, en Pequeño logra sin duda el mismo resultado, mezclando sus influencias, pero ahora con letras sencillas sin metáforas complicadas.

 ¿'Pequeño' es una producción más cercana a Latinoamérica, a diferencia de 'Radical sonora'?

Mmmm... Para mí es un disco muy europeo, muy español, pero el hecho de que existan influencias mexicanas son obvias (...) Estoy hablando de música que en España ha tenido importancia y obviamente tenemos retroalimención con México, con Cuba, Argentina.

 Nosotros escuchamos música de estos lugares y en esos lugares se ha escuchado música española, entonces, llega un momento en que es difícil diferenciar las influencias.

Yo creo que en este disco hay un porcentaje muy elevado de música mediterránea, del sur de Europa y del norte de África, de los Balcanes, de Andalucía, eso creo que es la base del disco.

 Háblame de "Extranjero", una de las principales canciones del disco y con mayor carga ideológica.

Es una letra que en España ha sido un poco conflictiva en algún momento por las circunstancias que rodean el País Vasco y a ETA, y hay gente que se sintió molesta por la letra, algo que no entiendo, porque habla precisamente del respeto y de la tolerancia hacia otras culturas y razas.

A mí me da igual una bandera que otra, me importan las personas, no las razas o de qué país son. Las fronteras son algo inexistentes en mi mente. No creo en nada de eso.

 ¿Sigues escribiendo a vuelo de pluma?

No, ya pienso un poco más. Este es el disco que más veces he reescrito las canciones y he estado más concienzado en que cada palabra que se dijera tuviera el significado real y que fuera un disco muy desnudo. A mí me cuesta mucho más hacer un disco como Pequeño que uno como El espíritu del vino, que era todo imágenes, metáforas, simbolismos, escribir sobre sueños y bajo la influencia de alucinógenos y todo eso. Lo que ahora me resulta difícil hacer es un disco sencillo, desnudo, como un intento de llegar a la poesía pura, eliminando todo tipo de retórica.

 ¿Sigues escribiendo a vuelo de pluma?

Muy bien, fantásticamente bien porque ahora tengo más claro que nunca cuál es el propósito de lo que hago y hacia dónde quiero ir. Además, tengo la fortuna de que vendo los discos suficientes como para mantener mi estatus creativo, el poder seguir haciendo discos, giras y dedicarme a lo que me gusta, sin la presión que tuvimos con Héroes en un momento... la presión de la fama extrema.

 El Bunbury de hoy admira a José Alfredo Jiménez, Agustín Lara, Carlos Gardel, con la misma emoción con la que alguna vez lo hizo con figuras del rock pesado como Iron Maiden y Led Zeppelin.

 Al Bunbury de hoy también le encanta escuchar narco-corridos mexicanos.

Además se ubica en la estirpe de artistas como Cerati, Manu Chao, Café Tacuba, que les importa un bledo las listas de popularidad y han optado por experimentar nuevos caminos en la música, a pesar de que los fans exigen, enfermos de nostalgia, el retorno a las glorias de antaño.

 "No quiero volver a hacer determinadas cosas que ya hice, ya las hice y no tengo interés en volver a hacerlas, ya estuve en ese lugar y ya me cansé", dice Bunbury. "Quizás mi forma de revolverme contra ese egoísmo del fan es dejar muy claro que mi espectáculo es un espectáculo cerrado: una serie de canciones que yo he elegido tocar, que no es una jukebox y que no pueden hacer sus peticiones".

  ¿Lo seguirás haciendo a pesar de que no vendas ninguna copia?

 De hecho yo pensaba que no se iba a vender ni una sola copia de Radical sonora y me fue mucho mejor de lo que yo me imaginaba, y ya no hablo de Pequeño, que pensaba que era el disco más anticomercial que podía hacer, porque es muy intimista, muy triste, muy down.

No es un disco digamos pop, pero yo creo que cada vez más hay público para todo, un público que pide otro tipo de música, que no entra en las radiofórmulas y en las listas del Top 40 y todo eso, sino se trata de una música que puedes escuchar en casa y que te llega al corazón más allá de los videoclips, de la imagen, de salir guapos en la foto y todo eso.

 Esa es la apuesta de Enrique Bunbury, el personaje que hace 15 años inventó un zaragozeño llamado Enrique Ortiz de Landázuri.

 Si no logra lo que busca, no importa, él ha querido hacer lo que ha creído correcto y lo que siente su corazón en estos momentos.

Esta entrevista se publicó originalmente en la revista LENGUA (No. 4, agosto del 2000)